El
20 de diciembre último, de buena mañana se levantaron los vecinos de Azuaga
para afrontar un nuevo día, en el que concurría la ambigüedad de ser
extraordinario y normal. Extraordinario porque habían sido convocados para
elegir a sus representantes en las Cortes y en el Senado; y normal porque el
proceso transcurrió dentro de los cauces estipulados, sin sobresaltos, como
corresponde a una democracia asumida y asentada.
Y
todos los vecinos y vecinas pudieron ejercer su derecho a voto, sin distinción
de sexo, teniendo el mismo valor el de la mujer que el del hombre, el del
jornalero que el del hacendado, el del funcionario que el del autónomo, etc.,
aplicando sólo la restricción legal establecida en función de la edad.
Sin
embargo, la normalidad con la que se desarrolló el proceso electoral no debe
restarle importancia a este extraordinario acontecimiento. Todo lo contrario,
pues hemos de valorar y defender la capacidad legal (el derecho, y también el
deber) que tenemos de elegir a nuestros representantes en el Municipio, en la
Comunidad Autonómica, en el Estado o en Europa.
Y
mucha suerte tenemos con ello, circunstancia de la que no pudieron disfrutar
nuestros antepasados, pues el logro del derecho al sufragio universal masculino
no se consiguió hasta las elecciones municipales de 1891, salvo los cortos paréntesis
en que estuvo en vigor la Constitución de 1812. Más se tardó en reconocerle
este derecho a la mujer, que no fue hasta 1931.
Pues
bien, pese a la importancia del asunto introducido, al que en otra ocasión se
le dará más desarrollo, el que nos ocupa en esta ocasión es el del callejero de
Azuaga a finales del XIX. Y lo abordamos ahora porque en uno de los artículo que
preceden en este blog (Feria y Fiestas de Azuaga en la antigüedad), como asunto totalmente trasversal colocado en la única
nota a pie de página, me pareció oportuno relacionar las calles de Azuaga en
1891, siguiendo lo recogido en las actas capitulares de dicho año. Al parecer,
esta relación le interesó a alguno de los usuales lectores, detectándose
ciertos errores que, gracias a la colaboración de Mari Justi, la archivera,
pudimos subsanar.
Hoy,
confirmando y ampliando la relación de calles, adjuntamos un anuncio oficial
del Ayuntamiento en el Boletín Oficial de la Provincia de Badajoz, en su
edición de 5 de mayo de 1891, haciendo oficial los distritos y colegios
electorales para las elecciones municipales de dicho año, recogiendo las
distintas calles.
El
anuncio se inserta a petición del alcalde accidental, don Manuel del Santo
Arévalo. Lo de accidental viene a cuento
de un extraordinario enredo administrativo en el gobierno del municipio, con
eco en la Cortes y en la prensa de toda España.
Pues
bien, el anuncio decía así:
Un año después tuvo lugar la elección de compromisarios para el Senado, en la que sólo participaban los miembros del ayuntamiento, más el cuádruplo de vecinos mayores hacendados (según la suma de las contribuciones rústicas, urbanas, pecuarias e industrial), ordenados de mayor a menor. La lista de electores es la que sigue, apareciendo en primer lugar los miembros del ayuntamiento, seguido de los mayores hacendados:
No hay comentarios:
Publicar un comentario